Desierto Huichol

22 de agosto de 2022

“Cuentan que hace muchos años, cuando la luz de la luna y las estrellas eran las únicas que iluminaban a nuestro planeta, los antepasados salieron del mar.

Los dioses formaron el primer grupo de jicareros en busca de un venado y el cerro del Amanecer.

Cuando llegaron al cerro, un venado se ofreció voluntariamente y su corazón se convirtió en peyote. Entonces, la luna entregó a su hijo, un niño ciego y cojo, pero muy buen cazador, quien al arrojarse al fuego y atravesar el inframundo resurgió como el Sol, nuestro padre Tayau.

Fue así el nacimiento de la primera cacería y el primer amanecer.”

Así lo cuentan los wixárika (huicholes).

La ruta de este mes fue sorprendente, visitamos las tierras sagradas de Wirikuta en el desierto Potosino; con un pasado rico y basto, de tradición huichol y de explotación minera. En su descubrimiento en 1772, el pueblo de El Real de Minas de la Limpia Concepción de los Álamos de Catorce, recibió parte de su nombre en recuerdo de 14 españoles asesinados por nativos que se oponían a la conquista del territorio.

Nuestra aventura la comenzamos partiendo de Estación 14, antiguo asentamiento donde se detiene el tren aun en la actualidad. En esta estación nos preparamos para el ascenso a las montañas que nos esperaban en nuestra ruta 4x4, con cerca de 20 vehículos todo terreno dispuestos a vivir la gran experiencia del desierto.

Así partimos, dirigiéndonos entre caminos vecinales con el cerro del Quemado a un costado, en un paso lento y continuo para dejar la planicie hacia las cumbres de los cerros y montañas con un ascenso de cerca de 1,000 metros. Nuestro primer reto fue el cruce de un río seco, con un cauce rocoso y suelto el cual fue superado de forma limpia y rápida por todos y cada uno de los aventureros que nos mostraban su grado de experiencia con entusiasmo todo el tiempo.

Cerca de los 2,400 msnm comenzaron los acantilados, en las brechas antiguas, en desuso desde el cierre minero de la zona, con barrancos y material suelto que le daban a la subida mucha emoción y concentración por parte de pilotos, copilotos, familiares y amigos quienes ante cada curva o cambio de dirección se asombraban con el paisaje; el cual se ajustaba conforme avanzábamos pasando de un desierto árido y seco a un follaje más tupido y verde al llegar a lo más alto de la ruta.

Tras varios kilómetros de avance y algunas paradas para disfrutar o apoyar en algún paso, llegamos a un bello valle donde nos detuvimos a convivir y tomar algunos alimentos que cada uno preparó y compartió con los demás; muchos aprovecharon para estirar las piernas haciendo una exploración a pie o jugando con los caninos que los acompañaban; con lo que todos tuvieron la oportunidad de hacer una experiencia única e inolvidable.

Al término de esta actividad, reanudamos la marcha cruzando algunas rancherías o asentamientos huicholes, para llegar al final de esta etapa al túnel de Ogarrio; de una extensión de 2,300 mts. este se inició en 1897 tras la visita al pueblo de Real de Catorce de Porfirio Díaz en 1895 y se concluyó en 1901, recibe su nombre por ser el nombre del pueblo de origen del Sr. Vicente Irizar, quien hizo el trazo. Cabe mencionar que este ya funcionaba como socavón para la extracción de los minerales y era nombrado Socavón de Dolores.

Tras formarnos unos minutos, hicimos el cruce del túnel, comenzando así la siguiente etapa del trayecto, nuestra visita al Pueblo de Real de Catorce, donde varios ya tenían preparado un hospedaje para disfrutar de una tarde y noche en este hermoso y enigmático pueblo mágico.

Ya en la villa nos acomodamos para dirigirnos hacia la antigua y abandonada mina fantasma de la Concepción; aquí lo angosto del camino y lo cerrado de las curvas significaron un esfuerzo y reconocimiento a todos los que las superaron para llegar al pie de las antenas, frente a la mina, donde se fundó el primer asentamiento del pueblo, hicieron las primeras extracciones mineras que dieron motivo de la explotación de esta zona, que tuvo su época de oro durante el porfiriato, hasta que la inundación de la mina principal hizo imposible e inviable continuar el proyecto lo que hizo que esta comunidad próspera y rica pasara a ser un pueblo fantasma y en la actualidad atractivo turístico obligado para todo aventurero.

Siendo ya cerca de las 6:30 de la tarde nos despedimos y tomamos el camino hacia nuestros puntos de hospedaje; en espera de regresar muy pronto, todos felices de haber vivido una experiencia poco común, donde cada uno de los más 130 kilómetros de ruta los disfrutamos y vivimos al máximo como es costumbre en el equipo de Rutas y Aventura 4x4.